miércoles, 10 de diciembre de 2014

Buscando un camino sin Papá

Después de toda una vida que mi padre me ha guiado en construir mi camino, ahora me toca a mí sola continuar ese camino. 
Desde niña vi a mi padre como a Súper Héroe invencible, estaba 100% segura que él era más fuerte que Superman, Batman y Gokú, intocable, nada ni nadie lo podría destruir. Adoraba sus historias de lucha, de travesuras, de tristezas y de alegrías, sobre todo sus juegos de cuando él era niño, amé su historia de amor con mi madre, siempre quise algo similar para mí, tanto que esa historia y mi padre me enseñaron a escoger bien a la persona especial para mí, sé que llegara y sé que aún no es el momento.

Mi vida siempre fue un desorden de ideas y de éxtasis, mientras mi padre fue mi cable a tierra todo el tiempo, creo que él era el único que podía traducir mi mundo de sueños en un mundo real, donde yo pudiera realmente practicar lo que quería conmigo misma, pero estoy muy agradecida del tipo de padre que fue conmigo, siempre será mi gran héroe.

Anoche soñé con él, donde lloré y reí bastante, incluso sabía que era un sueño, que no era real, pero aun así era feliz, porque era la única manera de sentirlo cerca, era mi sueño, era mi mundo, él estaba en mi mundo, lo adoré. En el sueño sé que yo la estaba pasando muy mal, estaba enfadada con las personas que estaban a mi alrededor, cuando de pronto una persona me sorprende por detrás peñiscándome la pierna, yo me enojo y cuando giré a mirar para retarlo, me di cuenta que era mi papá riéndose de mí, yo quedé congelada de alegría, porque me estaba invitando a jugar al pillado, el corría a lugares que sabía que me cansaría mucho llegar, en un momento llegó a la sima de una pequeña colina, señalándome con las manos que me diera prisa y gritaba “alcánzame, tu puedes…” yo desde abajo lo miraba riendo por su comportamiento de niño y lloraba de alegría y de tristeza, sabía que era un sueño y nada más, no quería que se terminara, me gustaba verlo reír, me gustaba que me desafiara a alcanzarlo y cuando logré llegar a la sima de esa colina, terminé arrodillándome ante él con mis manos en el suelo, llorando y diciéndole que al fin llegue, yo solo veía el pasto y sus pies en frente de mí, luego él se agachó para acaricia mi cabeza y me dice “tu puedes, nunca te rindas, yo estoy aquí, no te rindas”. 
Después de eso, simplemente desperté llorando sintiendo su abrazo, sabía que era solo un sueño, y a pesar de mis lágrimas de tristeza por extrañarlo tanto, amé que él se divirtiera en mi mundo que solo él sabía transformarla en vida real. Realmente estoy muy agradecida que existiera esa persona que pudiese entenderme y a la vez darse la oportunidad de querer conocer con tanta curiosidad ese mundo incomprendido y rechazado por los demás. Ahora que él ya no está aquí físicamente acompañándome, todo ha sido más difícil, mi gran pilar se ha quebrado por completo y mi cable a tierra ya no existe, pero de algún modo mi padre aun me sigue ayudando a través de mis sueños dándome ánimos de continuar y por lo que vi en mi sueño, sé que lo lograré, él aún confía en mí. Fue un lindo sueño y un lindo sentimiento.